lunes, 12 de marzo de 2018

Sueños rotos

"Se apagaron los focos del escenario.

Se quedó todo en silencio mientras el artista daba sus últimos acordes y se disponía a descansar.

Y ahí estaba yo, como un niño con zapatos nuevos, llorando por dentro por saber que nunca cantaría sus canciones con más significado que en aquel concierto.

Días después, decidí pasar página, pero mi alma ya había entrado en el ciclo.
Sentirme inútil, cuestionar mi propia existencia, sentirme inútil de nuevo y llorar por no saber mejorar.

Estoy harto de tener que ser alguien, de sacar algo hacia delante sin saber siquiera qué es lo que quiero hacer.
Solo me apetece llorar y fumar;
fumar y perderme para que nadie me encuentre en mi propio mundo.

Pero no, mi cuerpo no me deja hacerlo.
Sigue empeñado en que esa no es la manera y se siente mal tras dejar de fumar.

En estos momentos en los que no le  importo a nadie es cuando veo que conozco mucha gente, podré hacer bien al mundo, pero tampoco pasaría nada si acabara con todo."

Nota encontrada en el ordenador de Guillermo tras saber que le habían denegado el cambio de instituto.

Tenía sólo 15 años